miércoles, 14 de marzo de 2012

1º Novela: Cap. 9


9
No confíes en nadie
  <<Un brillante y precioso Sol se dejaba ver tímidamente a través de las bajas montañas de Cherry Hills Village.
  La gente estaba fuera de los bungalows, aún los pijamas puestos.
  Las fiestas de  Nathan Bloom, dueño del lugar, eran conocidas por durar casi dos semanas. Todas las noches hay una fiesta, mientras que por las mañanas la gente puede disfrutar de la playa, la piscina privada y demás lujos innecesarios.
  Alessia salió de la casita de color lavanda junta Sara y Emm. Tenía el pelo alborotado y los ojos entrecerrados ya que la claridad le molestaba. Se llevó la mano a la boca y bostezó.
 Las viviendas estaban situadas de manera que formaba un círculo. En el centro había un pequeño escenario. Nathan se subió en el, micrófono en mano.
  -¡Buenos días! Espero que la fiesta de anoche no pasara factura.-todo el mundo ríe.- Y aunque así fuese, ¡la fiesta continua! Esta noche realizaremos “El camino hacia cima”. Supongo que ya sabéis lo que es, ¿no?-el gentío asiente, atontados por el sueño. “El camino hacia la cima” se ejecutaba todos los años. Consistía en  subir hasta lo alto de la montaña únicamente con una cantimplora y algún otro objeto como un móvil, una cámara, etc. Siempre que se hacía alguien se perdía y no volvía a parecer hasta después de unos días.- Esto comenzará a las 20.30 y acabará a la 1.30. El ganador se llevará este increíble Jaguar deportivo color rojo.- Nathan señaló aun coche aparcado varios metros detrás de él.
  La muchedumbre comenzó a disiparse tras haber finalizado el discurso.
  Alessia se reunió con Sean, Daniel y Marine, que se hospedaban en diferentes bloques.

  La luz del Sol golpeaba directamente en las gafas de Gucci de Alessia. Llevaba puesto un bikini  morado que dejaba ver su esbelta figura. Su rubio cabello caía sobre su torso semidesnudo. Estaba tumbada en una hamaca cerca de la orilla del mar. Agarraba una copa hecha de medio coco, mientras que en la otra mano sujetaba un cigarrillo.
  -¿A llegado ya Mallory?-Alessia da un sorbo a su zumo de coco.
  -Si, ha llegado esta mañana.-afirma Sara, que lucia también un bikini azul oscuro.
  -Y nadie la ha visto llegar, ¿no?
  -Mm… creo que no.-Sara frunce el ceño, pensativa.
  -¿Nos puedes decir de que va todo esto de una vez, Alessia?-Marine hecha un chorro de ron a su zumo de naranja que sujetaba entre las manos. Llevaba unos shorts blancos y la parte de arriba del bañador.
  -Esta bien…-Alessia se incorporó.-Esta noche pensaba gastarle un gran broma a Mallory. Veréis, Sara la llamó hace unos días para decirle que también había sido invitada a la fiesta, cuando en mentira. Entonces, esta noche, en la escapada a la montaña, le daremos un susto tan grande que saldrá corriendo. Y cuando la descubran y averigüen que no estaba invitada  sabréis lo que pasará…
  -¡No me digas que…!-Sean abrió la boca y sonrió.
  -Exacto…-Alessia puso una sonrisa siniestra.
  El año pasado en la fiesta se colaron una pareja de novios y cuando los pillaron no le dieron importancia. Pero a la mañana siguiente aparecieron desnudos, con las manos atados y corriendo por el centro de la ciudad.
  -Y, ¿por qué quieres hacer esto?-A Emm no le hacia mucha gracia.
  Alessia sonrió como respuesta. El año pasado Mallory y Alessia tuvieron una gran discusión que al final solucionaron. Pero Alessia no jugaba para empatar. Jugaba para ganar. Y ahora era la hora de su venganza…
  -Pero, ¿seguro que no pasará nada?-Preguntó Emm, que tenia un mal presagio.
  -Claro que no. Está todo controlado…-Alessia arqueó una ceja, con una mueca de alegría sobre la cara. >>

  Emm corría en la oscuridad. No había salida. Por más que avanzaba no conseguía salir de esa tiniebla. Finalmente, llega a un largo pasillo si  apenas luz, lleno de espejos lúgubres. Al final del pasadizo se abre ante ella una gran puerta son una estrella sobre ella.
  De pronto, Emm escucha un grito. Inmediatamente gira la cabeza para ver quien es. Para su sorpresa, se da cuenta de que alguien encapuchado la está persiguiendo. Asustada, Emm comienza a acelerar hacia el portón.
  La puerta se abre y vivas luces salen de ella. La gente está bailando y se escucha una rítmica música.
  A pesar de que avanzaba a gran velocidad, aquella persona era más rápida que ella.
  Vuelve a tornar la cabeza y descubre que le está pisando a los talones.
  Por fin, consigue llegar hasta la puerta, pero esta se cierra en sus narices con un portazo. La estrella situada sobre ella se tambalea y cae al suelo haciéndose añicos. Su luz desaparece entre la oscuridad.
  Emm se da la vuelta completamente. Aquel ente ya está allí, con los brazos alargados para agarrarla.
  Entre  la negrura que proporciona la capucha comienzan a aparecer rostros: Nathalie, Liam, Alan, Josh, Hale, Teresa, Naomi, hasta las caras de su padres… pero finalmente el último rostro que llega a ver es el de Alessia, con sus fríos ojos verdes clavados sobre ella y con una mueca de pánico en su cara…

  Emm se despierta empapada de sudor. Aturdida, consigue incorporarse. Desde hacia días había tenido esa pesadilla. Siempre la misma: el extraño pasillo, aquella persona encubierta, la estrella que se cae al suelo… nada cambia.
  Alarga el brazo y agarra su reloj.
  << ¡Las 6.20! >> piensa Emm. Había quedado con Liam las sexy y media y si no se daba prisa llegaría tarde.
  Emm se levanto de la cama tan rápida como pudo, cogió la plancha del pelo y le enchufo para que se calentara.
  Puesto que no le iba a dar tiempo a ducharse se desnuda completamente y se limpia el sudor con una toallita y seguidamente se rocía con el perfume que hay en su cómoda.
  Tras haber acabado, abre su armario y escoge lo primero que ve.
  Se coloca una camiseta de tirantes ancha a rayas horizontales azules y blancas. Tras eso, intenta ponerse el pantalón vaquero que había sacado de su ropero pero le viene pequeño. Sin embargo, intenta abrochárselo a pesar de que le apretara, por que, como bien decía Alessia, para estar guapa hay que sufrir.
  Una vez puesta los jeans, se alisa el pelo con prisas. Solo quedan cinco minutos para que Liam viniera a recogerla.
  Emm dejó las planchas sobre la mesita de noche para que se enfriara y seguidamente cerró la ventana.
  De pronto, el timbré sonó.
  <<Justo a tiempo>>suspiró Emm en su mente, aliviada.
  Bajó las escaleras y se detuvo un instante antes de abrirle la puerta. Estaba nerviosa.
  Después de ese momento de reflexión, abrió la puerta se saludaron con dos besos. Emm agarro su bolso que estaba encima de la mesita de la entrada y se observó en el espejo que había sobre esta.
  Se le había olvidado maquillarse y se le notaba en la cara que había estado durmiendo.
  -Bueno Emm, ¿estas preparada?-preguntó Liam tendiéndole la mano gentilmente.
  -Claro.-Emm aceptó su mano y se entrelazaron los brazos.-¿A dónde vamos?
  -Es una sorpresa…-le susurró al oído.
  
  Estaba anocheciendo y el cielo se había teñido de un color rosado.
  La feria desprendía vivos colores y los gritos de alegría brotaban en las bocas de las personas.
  Emm y Liam estaban en la cola para subir a la noria. Habían estado hablando durante horas y Emm se sentía muy atraída hacia él.
  Le encantaba su pelo y aquella mirada en la que siempre que miraba no podía evitar perderse en ellos.
  La cola se movió y Emm avanzó torpemente.
  Liam olía estupendamente  a perfume y eso le encantaba. Sin embargo, Emm estaba preocupada por si olía demasiado a sudor. Estaba demasiado nerviosa.
  No podía parar de mirar el verdor de sus ojos. Su corazón iba a mil por hora.
  Liam se percata de que le está observando detenidamente y este sonríe mostrando su perfecta dentadura.
  Emm escondió el rostro entra los hombros, avergonzada. Se había puesto roja como un tomate.
  -Qué calor hace aquí, ¿no?-Emm intenta salir de aquella embarazosa situación.
  -Si, le verdad es que bastante.-Liam se ríe y comienza a menear su camisa verde a cuadros.
  Emm no puede para de observarlo. Cada vez tenía más y más calor.
  Por fin llegan al final y consiguen subirse a la atracción.
  <<Por fin solos…>> piensa Emm. Apoyó la mano sobre el asiento y rozó la mano de Liam. Este se la agarró cariñosamente.
  Tras un momento de timidez, por fin se atreve  a acercarse a él.
  <<¡Está a punto de ocurrir!>>se emocionó Emm. Comenzó a acercarse lentamente hacia el, hacia sus labios y por fin… el teléfono de Emm interrumpió la situación.
  -Lo siento.-se disculpó.
  Lo agarró y comprobó que había su madre le había enviado un mensaje para saber a que hora iba volver.
  -Solo es mi madre.-pero ya les había cortado el royo.
  Hubo un largo silencio hasta que la noria llegó al suelo. Bajaron rápidamente y se dirigieron a un puesto de comida rápida de la zona.
  Liam metió la mano en el bolsillo y comprobó que se la había olvidado la cartera.
  -Mierda… se me ha olvidado el dinero.
  -No te preocupes, yo te invito.-Emm sacó su monedero y saca un billete de diez dólares.
  -No debería aceptarlo.
  -No seas tonto. No pasa nada.
  -Está bien.-Liam se acercó a su oído.-la próxima vez te lo recompensaré.
  Emm se estaba derritiendo.
  Pidieron una hamburguesas sin queso (Emm odiaba el queso) y un  perrito caliente y se sentaron un banco.
  Emm dio un mordisco a su hamburguesa y Liam comenzó a reírse.
  -¿Qué ocurre?-Emm se sentía ruborizada.
  -Te has manchado un poco de ketchup.- Liam alargó el brazo y le limpió por encima del labio.
  Emm comprobó que él comenzaba a acercarse.
  -Deberíamos irnos ya, que es un poco tarde.-dijo Emm alejándose de él.
  <<¡Qué estúpida soy!>>se insultó a si misma. Si no lo hubiera hecho ya estarían besándose.

  Durante el camino de vuelta había mucho silencio. De pronto el coche frenó.
  Emm se sentía fatal por lo que acababa de ocurrir.
  -Bueno… pues… hasta luego.-Emm le dio un cariñoso beso en la mejilla y este se lo devolvió.
  Emm salió del coche y cerró la puerta. Pero se armó de valor y le dio un golpecito la luna del vehículo.
  Liam le abrió la puerta.
  -¿Se te ha olvidado algo?
  -Si… esto.-y entonces Emm le besó n los labios. Se sentó en el asiento y colocó sus manos sobre la nuca. Bebió de ese beso. Se le dilató las pupilas y cerró los ojos. Su corazón estaba apunto de estallar. Él colocó sus manos sobre la cintura de esta y la atrajo hasta él.  Emm sintió como si miles de fuegos artificiales estallaran en su estomago. Un cosquilleo le recorrió la espina dorsal. Y tras un largo tiempo, el besó llegó a su fin.
  Emm suspiro y le rozó la mejilla con su mano y luego salió del coche.
  Llegó a su casa y subió las escaleras aún pensando en el increíble beso que se acababan de dar.
  Estaba sola en el domicilio.
  Entró en su habitación y se mordió el labio, pensando en Liam… pero algo le llamó la atención.
  La ventana estaba abierta y ella la había cerrado antes de irse.
  La cerró y se giró, desconcertada. Miró el colchón y se dio cuenta de que había un pequeño papelito sobre el.
  Lo agarró y lo desplegó.  Sus sospechas se hicieron realidad:

Ten cuidado Emm. Yo podría ser cualquier persona…

  Aquella estupenda escena desapareció de la mente de Emm.
  Alguien había estado en su casa mientras ella no estaba. ¿Y si aún seguía allí? Pensó.
  De pronto la puerta de su cuarto se abrió y Emm dio un respingo.
  Eran sus padres. Emm se calmó pero aún estaba aterrada.
¿Quién había entrado en su casa?

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