sábado, 3 de marzo de 2012

1º novela: Prólogo


Último verano  El juego de la mentira
Así empezó todo…


  Hacía demasiado calor, lo que hacía que la clase de Historia fuera aún más aburrida. Aunque es normal que haga calor, ya que es verano y en esta zona de Los Ángeles el bochorno es sofocante.
  El profesor no para de hablar pero nadie le presta atención. Todos los alumnos están ansiosos de que acaben las clases, porque al sonar el timbre serán “libres” para poder disfrutar del verano a la espera de un nuevo curso.
  Incluso Sara, la mas inteligente del aula, esta pasando del maestro escribiendo en el libro con un lápiz Faber Castell mientras que con la otra mano se acaricia un largo mechón de color caoba de su cabello. Esta deseando que llegue el verano para lucir su esbelto cuerpo en las playas del Caribe donde ira con Marine.
  Ella tampoco está prestando atención. Tras estar mirando un largo rato el techo baja la cabeza y se observa detenidamente en el espejito que tiene escondido entre el libro y estuche. Sus ojos castaños se vuelven más claros y su pelo color avellana se transforma en un tono más rojizo a la luz del sol, y eso le encanta por que le hace más atractiva.
  Absorta por su imagen, se saca de su estuche su brillo de labios de Artristy rosa y los embadurna con el. Cuando terminase vuelve hacia su novio Alan y lanza un besito al aire.
  Emm les observa pacientemente, pero inmediatamente vuelve a prestar atención a la clase. Historia es su asignatura favorita. Sin embargo, cede por las ansias que tiene que comiencen las vacaciones.
  Extiende el brazo sobre el pupitre y apoya la cabeza sobre el, y empieza a imaginarse a ella en la playa de puerto Vallarta, México, lugar donde ira en sus días de descanso ya que su madre es de esa nacionalidad.
  Se incorpora sobre el asiento y echa ligeramente sobre el respaldo, disfrutando de la acaricia de la luz sobre su tez morena.
  Tan solo faltan cinco minutos para que la clase acabe, pero se comienzan a hacer eternos.
  Sean comienza a deslizar su mano sobre su rubio y corto cabello. Se siente incomodo porque descubre que alguien le está mirando. Es Ashley Becker.
  Siempre ha sabido que ella le quería, pero el no sentía lo mismo y, además,  le gustaba su soltería.
  Aunque si el quisiera podría tener a cualquier chica. Un día, mientras se tomaba su Coca-cola Cherry que se bebe siempre después de cada entrenamiento, escuchó a Lisa McField, a Selena Stunt y al resto de chicas del club de las animadoras que decían que el era el chico más guapo del instituto.

  Por fin suena la campana y salen corriendo de la sala tan rápido como le permiten sus piernas.
  En el pasillo el ambiente aun está más cargado.
  Sara se reúne con sus amigos pero alguien le agarra del brazo y le da un beso en sus finos labios rosáceos.
  Era Daniel, que estaba en el aula de Biología.
  Ella lo amaba con locura, y además, le encanta el contraste de sus ojos azul cielo con su oscura cabellera.
  Marine, agarrada al fuerte brazo de Alan, escucha su nombre entre la multitud de palabras que vuelan por el corredor.
  Era Alessia, que lucía despampanante con sus shorts de Pepe Jeans y un top de DKNY a juego con unas Convers.
  Sin duda, era una de las más guapas y populares del instituto. Su larga melena ondulada rubia caía sobre sus espaldas mostrando los diferentes mechones, algunos dorados y la mayoría de rubio ceniza o amarillo.
  Pero a pesar de ser la más preciosa, se había ganado el mote de “Barbie diabólica”, “zorra fucsia” o “el anticristo de Los Ángeles”. Y es que aunque tuviera unos inocentes ojos verdes, era malvada y cruel.
  - ¡Hola chicos! -dijo con una voz dulce y amable.- ¿Habéis visto a Josh?
  -No, me parece que se ha saltado la última clase.-contesta Emm.
  -No pasa nada; ya hablare más tarde con el… bueno, ¿preparados para la fiesta?
  -¡Si!-afirma Sara entusiasmada.- ¡Será la mejor fiesta de todas nuestras vidas!
  Risas, risas y risas… Quien iba a decir que ese iba a ser el último verano de Alessia Rumsfield… 

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