sábado, 3 de marzo de 2012

1º Novela: Cap. 2


2
Que seas la más popular no quita que tengas problemas
<< El autobús llegó a casa de Alessia. Sin duda al padre de Sara le había costado una gran cantidad de dinero alquilarlo, pero para su familia eso no es problema. Están forrados.
  Estaban enfrente de una enorme casa naranja, con el tejado violeta y rosales subiendo por las paredes.
  De repente se abre la puerta blanca. Era Alessia. Caminaba con elegancia por el camino de baldosas con sus mayas azules y una sudadera naranja en la que se podía leer las iniciales L.A.
  Al final de la calzada, apoyado sobre la valla blanca, le esperaba su novio Josh, que enseñaba el resultado del gimnasio con una camiseta de tirantes azul grisáceo. Le dio un beso en los labios anaranjados de Alessia y subieron al autobús.
  Cuando entraron, todo el mundo se calló.
  El pasillo del autocar parecía un desfile de modelos. Alessia caminaba rítmicamente dejando ver sus perfectas piernas que se marcaban en las mayas. Las ondulaciones de su pelo botaban sobre su espalda, lo que le hacia guapa y sexy.
  Sara vestía con unos shorts vaqueros claros y una camiseta blanca fina en la que se le trasparentaba el bikini azul marino.
  Marine se hacía fotos, con su cámara nueva de Canon de color champán, con su novio Alan. Sonreían ante ella y al acabar Marine se quedó mirando los ojos color miel de su novio. Le encantaban, y toco sus labios finos con los suyos.
  Emm estaba sentada en la primera fila hablando con Lisa Meikerdly sobre un el episodio de Gossip Girl que habían echado anoche en la Fox. Vestía con una camiseta de Banana Republic amarilla anudada bajo los pechos y unos vaqueros pitillo Levi’s.
  Alessia se sentó detrás del asiento de Sara. Estaba sobre el regazo de Daniel mientras se enrollaban. Cuando se dio cuenta de que Alessia les estaba mirando paró. Se sentía incomoda.
  -¿Has hecho lo de Mallory?-Le preguntó elevando las cejas rubias a Sara.
  -Si, esta todo listo…
  -¿Qué pasa con Mallory?-exige saber Josh.
  -Nada cariño…-le guiña un ojo y se sienta, con una sonrisa plasmada sobre la cara mostrando sus preciosos y perfectos dientes blancos.>>

 Hacia semanas que ocurrió lo de Alessia y el instituto ya había comenzado.
  La clase Ingles había acabado y todo el mundo en el aula estaba de pie.
  Marine estaba sentada en su pupitre mientras se miraba en su espejo y se arreglaba el pelo. Ahora que Alessia había muerto se había convertido en la más popular y guapa del centro.
   Había comenzado ya su último curso. Y tenía decidido que iba a estudiar: Psicología.
  No venía ningún profesor así que decide saltarse la última clase. Además, ahora tenia latín y le aburría mucho.
  Se levanta de  la silla, se coloca bien su estrecha minifalda de  Hollister, y sale de la clase.
  Se dirige hacia su taquilla, que está decorada con fotos de ella y su novio.
  Allí le esperaba su gran amiga Nathalie Hojo. Era de nacionalidad japonesa.
  Anteriormente se llamaba Akane Hojo pero sus padres le habían dejado cambiarse el nombre si conservaba el apellido.
  Llevaba puesto un peto azul claro de  Abercrombie y una camiseta de manga corta rosa en el interior.
  A pesar de que Marine y Nathalie siempre habían sido amigas, esta última nunca había estado en el grupo de Alessia. No soportaba a Sara. Hacia tiempo, cuando estaban en séptimo curso, se pelearon porque Sara se había liado con el ex-novio de Nathalie al día siguiente de ellos romper. Se tiraron de los pelos y se habrían arrancado la cabellera si no fuera porque  Alessia estaba allí para parar la pelea.

  Marine introdujo la contraseña en la cabina y saco un pots-it de color lavanda. Inmediatamente agarró un bolígrafo Bic negro que había tirado en el interior. Giró la cabeza para asegurarse de que no había nadie más que Nathalie en el corredor y comenzó a falsificar la letra de su padre:

Autorizo a mi hija Marine
a no asistir a la última
clase, ya que tiene dentista.
Un saludo cordial, Cabe.
 
  No era la primera vez que falsificaba la firma de su padre. Cuando era más pequeña hizo pellas con ayuda de Alessia porque las ultimas tres clases no les gustaban y les parecían aburridas. Pasaron la tarde en el centro comercial y viendo a los chicos de otro colegio jugando al futbol.
  A partir de entonces, lo hacían muy a menudo hasta que… Alessia murió.
 
  Cuando terminó de falsear la caligrafía de su padre, doblo el papel y esperó a que la profesora Wanetta, la maestra de latín, apareciera.
  En cuanto la señora Wanetta (o la señorita Rother Meyer, como la llamaban los alumnos) se presentó le entregó la nota y esperó su aprobación.
  Frunció el ceño y afirmó con la cabeza; sin decir palabra.
  Cuando entro en la sala, Marine se esperó a que se sentara en su mesa y comenzara a dar la clase. En cuanto empezó, se largo corriendo de allí.
  Una vez pasado el peligro, entrelazó su brazo con el de Nathalie y continuaron andando con paso firme y con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando salieron al aparcamiento principal del instituto, Nathalie sacó de su bolso rosa de MiuMiu unas llaves de coche. Apretó el botón verde y el pitido del vehículo sonó de entre todos los demás.
  Una vez encontrado el Hummer amarillo, entraron dentro. Nathalie arrancó el coche y el motor hizo ligero sonido. Miro hacia atrás por el retrovisor y salió del aparcacoches.
  Marine no sabía conducir a pesar de que todos sus amigos ya sabían y tenían lujosos coches.
  Tardaron siete minutos en llegar al centro comercial, y en cuanto Nathalie aparcó, salieron corriendo a disfrutar de las compras.
  Entraron primero en Tommy Hilfiguer y comenzaron a mirar ropa. Cuando ya habían elegido doce prendas cada una se metieron en el probador.
  Nathalie salió de uno con un vestido verde esmeralda de un solo tirante. Dio una vuelta y la falda se le subió hasta la cintura mostrando sus muslos.
  Marine fue después. Se quito la camisa azul cielo y la falda y observo su cuerpo semidesnudo en el espejo. Cuando Alessia murió había engordado un par de kilos, pero con su dieta vegetariana había vuelto a su figura.
  <<Estoy muy buena. >> Pensó.
  Inmediatamente se puso el atuendo y salio.
  Era un vestido amarillo chillón de manga muy corta y la falda terminaba en las rodillas, y en la cintura se recogían unos pliegues, por lo que resaltaba las curvas de Marine.
  -¡Perfecto!-gritó Nathalie a la vez que se llevaba las manos a las mejillas.- ¡Te queda estupendamente!
  -¿Tu crees?-arruga la nariz.-No me termina de cometer… el amarillo es demasiado llamativo y… ni si quiera me queda bien este color.
  -¿Estas de broma?-se coloca un mechón oscuro sobre la cabeza que tenia sobre la cara.-El vestido es precioso y te sienta genial. A demás, si yo fuera tu novio me encantaría vértelo puesto… pero más me gustaría quitártelo.-añade con una risita repelente.
  Sin embargo, Marine no la ha oído y decide quitártelo y no comprarlo. Ese color le traía malos recuerdos. Cuando era una canija, estaba en el cumpleaños de Chris Benson, un amigo de su infancia, y llevaba puesto un vestidito rosa. En el convite había una tarta enorme de un extraño color amarillento y ella, para impresionar a Nathan Hale, el chico que le gustaba entonces, se poso sobre la mesa. Mala suerte para ella que la mesa estaba rota. La Tarta calló sobre el vestido como si fuera un proyectil. Quedó en ridículo y todos se rieron de ella. Todos excepto Alessia, que la observaba detenidamente sentada en una silla en forma de corazón. Aquella fue la primera vez que la vio, y desde entonces supo que iban a ser grandes amigas.

  Salieron de la tienda y pasearon por un camino de baldosas rojas que había en el centro del pasillo del centro comercial.
  -Oye Mar, ¿vas a ir a la fiesta?-pregunta Nathalie sacando los labios hacia fuera.
  - ¿La fiesta? ¿Qué fiesta?
  -¡La fiesta de las estrellas!-suspira.- ¡Cómo no te has enterado!
  En verdad si que lo sabia, aunque se le había olvidado. Bueno, más bien, lo había querido eliminar de su mente. Iba a ir Alessia. Marine mira hacia abajo con el rostro triste.
  -Se lo mucho que te duele haber perdido un amiga…-le coloca la mano sobre el hombro con la cara apenada.-pero debes continuar con tu vida. Y que mejor que una fiesta para animarse.
  -Tienes razón.-zarandea la cabeza para quitarse la imagen de su amiga de la cabeza.
  -Y por cierto, ¿lo has hecho ya con tu novio?
  -¿Hacer el que?-frunce el ceño.
  -Haber, Dora la Exploradora, me refiero al sexo.-enarca una ceja mientras mira al techo.
  -¡Qué!-salta Marine.
  Marine quería mucho a Alan, pero no se podía imaginar tener sexo con el. La mera idea le asustaba o, ¿no estaba tan enamorada como ella creía? 
  -No… aun no lo he hecho…-carraspea para aclararse la voz.
  -Pues date prisa. Los hombres solo se consiguen follando. Yo de ti no tardaría mucho, u otra chica se adelantará.
  -No digas tonterías…
  -No son tonterías. Mira aquí tienes para cuando llegue la “ocasión”.
  Nada más terminar ya esta abriendo el bolso. Al ver lo que saca, Marine se sobresalta. Era un condón en una envoltura azul plateado.
  -¡Aquí no saques esto!- susurra mientras lo tapa con las manos.
  -No me seas tiquismiquis…

  Se paran ha descansar en la cafetería The grove y se comen una ensalada cada una. Tras quince minutos de parloteo, se levanta y continúan con las compras.
  Entran en el establecimiento de Chanel y siguen probándose atuendos.
  Entonces Marine lo vio. El mejor vestido que había visto en su vida. Fue directo a probárselo y le quedaba muy bien, mejor que la basura de traje amarillo chillón.
  Cuando se lo puso se quedó mirando en el cristal. Era de palabra de honor rosa y la falda era de campana de terciopelo. Llegaba hasta encima de la rodilla.
  Estaba decidida. Lo iba a comprar costase lo que costase, y además le hacia los pechos más turgentes y eso le fascinaba, ya que era lago con lo que nunca había podido competir con Alessia.
  Fue a la caja registradora y le entrego la tarjeta de crédito que le habían regalado sus padres en su anterior cumpleaños.
  Nathalie y Marine salieron rápidamente de la tienda. Tenían que volver a sus casas o sus padres sospecharían.
  El vestido estaba mal plagado así que lo saco y lo plegó mejor. Entonces calló una nota al suelo. Se agacho al suelo, asegurándose de que no se le veía nada, y la cogió. Había algo escrito. La felicidad se transformo en miedo:

¡Enhorabuena Marine! Ahora eres la más popular, pero, ¿Qué te ocurriría si le contara a todo el mundo lo que hiciste en la fiesta?

  Tragó saliva. Alguien sabia lo que había hecho. Un escalofrío le recorrió toda la columna y se quedó paralizada.
  ¿Quién había escrito aquella nota?

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