sábado, 10 de marzo de 2012

1º Novela: Cap. 8


8
Terribles noticias

 

  Sara abrió su Mini y se introdujo en el. Estaba confundida y agotada. No se podía creer lo que le estaba sucediendo, que por culpa del secreto de Mallory su vida pudiera arruinarse para siempre.
  Arrancó el coche y salió del instituto. Necesitaba alejarse de allí cuanto antes.
 
  Aparcó el vehículo en el garaje, salió de el y se dirigió hacia el enorme jardín de su vivienda.
  La luz del Sol atravesaba las ramas del roble que había  plantado en frente de la casa de la familia de Sara.
  Caminaba por las baldosas con un paso firme hasta que llegó a la puerta de su morada. Entró silenciosamente.
  Dejó la mochila sobre la mesa y se sentó en el sofá color blanco de la sala de estar. Echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos; se hundió en sus pensamientos… pero algo la distrajo.
  Se escuchaban pasos que provenían de la cocina…
  Sara se levantó rápidamente.
  Cualquier otra persona se habría escondido, pero Sara no tenía ningún miedo.
  Miró hacia la mesa y observo que al lado de su macuto se encontraba la estatuilla de metal con forma de ángel de su padre. Se abalanzó para cogerlo y se coloco al lado de la puerta, con la pesada figura en la mano.
  Las zancadas se escuchaban cada vez más cerca…
  Ella apretó con fuerza la escultura y cerró los ojos.
  De pronto, alguien se asomó por la puerta pero no le dio tiempo a entrar. Sara se había tirado encima de él y le había golpeado la cabeza.
  Inmediatamente, Sara abrió los párpados y se llevó la mano a los labios para no gritar.
  Aquel ente era su hermano Hale.
  -¡Pero que estás haciendo!-gritó Sara con el ceño fruncido.
  -¡No, que estás haciendo tú!-Hale se llevo la mano a la cabeza donde su hermana le había pegado.
  -Lo siento…-Sara se levantó y le cedió su mano para que este pudiera levantarse.-Es que pensaba que eras otra persona.
  -¡Pues te equivocabas!-Hale se alzó sin la ayuda de ella.
  Hale llevaba el torso al aire mostrando sus abdominales. Únicamente vestía con un bañador azul claro. Estaba completamente empapado.
  -¿Qué ocurre cariño?-otra persona apareció detrás de Sara.
  Ella se giró la observó. Era Teresa, la novia de su hermano, que lucia con un pequeño bikini, mostrando su perfecta figura. Su larga melena rubia estaba calada.
  El rostro de Sara cambió al mirarla. La odiaba desde que comenzó a salir con su hermano mayor.
  -No te preocupes, está todo bien.-dijo Hale aun con la mano sobre la cabeza.
  Este se dirigió a la cocina para colocarse hielo sobre la hinchazón. 
  Sara se dio la vuelta para separarse de Teresa, pero esta la detuvo.
  -Escúchame, por favor.-Teresa la agarró por el brazo.
  Esta volteó y sonrió falsamente.
  -Me gustaría que por al menos unos días nos lleváramos bien.-la cara de Teresa era triste.
  -Y… ¿a qué viene esto?-Sara sabía que el sentimiento de odio era mutuo.
  Sara le miró a sus ojos azules y seguidamente contempló su cuerpo. Aunque le daba rabia, tenía que admitir que tenía un cuerpo espectacular. Y no era menos, ya que desde hacía un año había firmado un contrato con una agencia de modelos.
  -Me dijo que no te lo dijera, pero… ¡Nos vamos a casar!-Teresa dio un saltito.
  Sara abrió los ojos como platos al enterarse de la noticia. Necesitaba sentarse.
  <<No puede ser… Teresa y yo… cuñadas…>>Pensó. La mera idea le asustaba.
  Sara no dijo nada y se largo de allí dejando a Teresa sola. Se dirigió hasta su cuarto y cerró la puerta con un portazo. Necesitaba estar sola para asimilar que una de las personas que más odiaba se iba a convertir en su hermana política.
 
  Sara había estado encerrada en su habitación durante media hora y se había quedado dormida.
  De pronto, alguien tocó el timbre.
  Se levantó de la cama, un poco aturdida por la siesta y bajo las escaleras hasta la entrada. La abrió y se llevo una sorpresa. Era el inspector Edison.
  -¿Qué hace usted aquí?-esto era lo único que le faltaba.
  -Necesito hablar con usted, señorita Sara.-el detective se colocó bien su camisa blanca.-Sobre la muerte de Alessia.
  -¿¡No nos han hecho suficientes preguntas!?-estaba harta de que le hicieran más preguntas. Sara se calmo un poco.-Creía que ya estaba todo solucionado. Alessia murió por culpa de un terrible accidente y…-el inspector la interrumpió.
  -Se está equivocando.-el agente arqueó una ceja.-Se a abierto una nueva investigación.
  -¿Qué… qué quiere decir con eso?
  -Alessia fue asesinada.
  Sara dio un respingo. Primero lo de su hermano y ahora esto. Necesitaba llorar, desahogarse. 
  -Pero, no lo entiendo. Nos dijeron que murió porque se cayó por un barranco lleno de…-solo pensarlo se le revolvía el estomago.-ramas rotas y…-no podía continuar.
  -Lo se. La policía os comunicó esto por el tipo de heridas y por el lugar donde se encontró el cadáver, pero se ha vuelto ha investigar los resultados de autopsia y se ha descubierto que… fue brutalmente asesinada.
  No podía más. Estaba a punto de vomitar.
  -Y… ¿por qué me comunica esto?-Sara comenzó a temblar.
  -Porque usted y sus amigos son sospechosos de este homicidio.  
  -¡¿Qué?!¡No diga estupideces!-pero ya era demasiado tarde. El inspector se alejaba de la casa.
  Sara cerró el portón y se apoyó en la pared. Las lágrimas cayeron por sus mejillas.
  De repente, el claxon de un coche sonó fuera de la casa.
  Sara miró por la virilla y descubrió que era su novio. Habían quedado para ir al centro comercial a comprarse juntos el traje para la fiesta de Las estrellas.
  No podía dejar que esto ayudara a que su vida se derrumbara por completo.
  Se secó las lágrimas, agarró su bolso y salió fuera.
  -Hola cariño.-dijo Daniel. Seguidamente le dio un beso en los labios.
  -¡Hola!-Sara sonrió. Sin embargo, Daniel sabía que pasaba algo.
  -¿Qué ocurre?-arrugó el ceño.
  Sara miró hacia atrás y tras un tiempo de reflexión contesto.
 -No ocurre nada. Absolutamente nada…
  

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