18
La
historia de amor más corta
Emm miró su reflejo en el espejo y estudió el
nuevo corte de pelo que le había hecho la peluquera. Se había cortado el pelo
unos dedos y se lo había rizado al estilo bob,
y puesto que su cara era redondita, le quedaba estupendamente. Se levantó del
sillón y se dirigió al mostrador; sacó el monedero del bolso y pagó lo que
debía. Tras eso, salió al exterior y el reluciente sol chocó contra su rostro,
pero no le molestaba. Estaba realmente contenta porque esa misma noche era la
fiesta de Las estrellas e iba a ir con Liam.
Entró en el coche, que estaba aparcado enfrente
de la peluquería, e introdujo un disco de música en el reproductor. Arrancó el
coche y la música se puso en marcha. Sonaba “Stronger”,
la nueva canción de Kelly Clarkson, y Emm la seguía con su voz, cantándola a
todo volumen. Sin duda, estaba muy contenta.
Aparcó el coche en cuanto encontró un hueco
entre los vehículos y salió de él. Se dirigió a la sastrería, donde había
dejado su vestido para que le hicieran unos arreglos. Abrió la puerta y los
cascabeles que habían encima de esta chocaron entre sí, produciendo un leve
sonido.
Saludó al dependiente y extrajo de su bolso
el tique de referencia para el vestido. El empleado lo agarró con una sonrisa
plasmada en la cara y lo examinó. Tras un momento de silencio, se metió en la
trastienda y le sacó el atavío verde esmeralda colgado en una percha y envuelto
en plástico trasparente.
Emm lo asió y le pagó lo que le debía por los
arreglos del vestido. El traje era desnivelado, y Emm lo llevó para que
acortaran la parte de atrás, que era más larga.
Las campanitas de la puerta volvieron a sonar
y el dependiente saludo a la mujer que acababa de entrar.
-Buenos días, señora Rumsfield.
Emm se paró en seco al escuchar lo acababa de
decir. Rumsfield. ¿Sería quien creía que era? Emm se giró y la observó. Sí, no
se equivocaba. La madre de Alessia acababa de entrar.
-Hola, señora Rumsfield.-vestía con una blusa blanca con volantes y unos
pantalones largos negros, que mostraban que había adelgazado muchísimo desde la
muerte de su hija. También llevaba unas enormes gafas de sol de Chanel que ocultaban las ojeras por
falta de sueño. La melena, que antes era larga y con un precioso tono rubio
ceniza, ahora era corta, desaliñada y el rubio se había apagado.- ¿Cómo se
encuentra?
-Todo lo bien que se puede estar después de
haber perdido a mi hija.-tras eso, el tiempo fue ocupado por el silencio. El empleado
lo interrumpió, dándole una camisa de color azul a la señora Rumsfield. Esta se
despidió y se dirigió a la puerta, pero justo antes de llegar perdió el
equilibrio y se apoyó en la pared, mareada. Seguramente, le había dado una
bajada de tensión por la falta de alimento, porque se veía a la legua que hacía
días que no comía.
Emm fue a ayudarla, pero esta la apartó, agitando
la mano lentamente.
-¡No me toques, asesina!-gruñó.
Emm dio un respingo al escuchar las palabras
que había pronunciado antes de salir de la tienda. Tras unos segundos de
indecisión, Emm salió en busca de la señora Rumsfield, con al vestido sobre el brazo.
-¡¿A qué se refiere con eso?!-no le importaba
que alguien la pudiera escucharla.
-No te hagas la tonta…-la madre de Alessia se
acercó a ella.-Se lo que hicisteis tú y tus amigos aquel verano. Y no me pienso
callar hasta se descubra la verdad.-y entonces, se fue.
Emm se quedó paralizada. Su corazón se aceleró
y su respiración era intermitente. El sentimiento de alegría desapareció. ¿Qué
quería decir con lo de que lo sabía? ¿Sabía lo que le ocurrió a Mallory? Si era
así, ella y sus amigos estaban perdidos, a pesar de que ellos no tenían la toda
la culpa de lo de Mallory.
Un mensaje en su móvil la extrajo de sus
pensamientos. Sí, era lo que ella pensaba. Otro mensaje de aquel misterioso
ente llegó a su teléfono. Emm lo agarró y lo abrió, sin saber lo que se iba a
encontrar.
Agárrate Emm, las sorpresas no han
terminado.
¿Quieres saber lo que hace tu novia
cuando no está contigo?
El texto venía precedido de un enlace. Indecisa
y asustada por lo que se pudiera encontrar, abrió las imágenes. En ellas salía
Liam con otra chica que le resultaba familiar. Se acercó el móvil a la cara y la
vio. Liam había estado engañándola con una chica. Pero no con cualquier chica. Le
había engañado con una de sus mejores amigas. Le había engañado con Marine
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