martes, 1 de mayo de 2012

1º Novela: Cap.14


14
Sospechosa


  Daniel entró por la puerta dando un portazo, enfadado con Sara por haberle ocultado aquel secreto.
  Se dirigió a la cocina y sacó una botellita de cristal de Coca-Cola Raspberry de la nevera, la abrió con un abridor que sacó del cajón que había al lado del frigorífico y se introdujo el extremo del frasco en la boca.
  Se sentó enfrente de la encimera, enchufó el pequeño televisor situado encima de la mesita de mimbre del comedor y puso MTV, donde estaban haciendo Pretty Little Liars.
  Pero, a pesar de que sus ojos estaban fijos en la televisión, su mente estaba en otro lugar. Reflexionaba sobre si estaba bien cabrearse con Sara por ocultarle aquel misterio, cuando él estaba haciendo exactamente lo mismo… solo que su secreto era mucho más grave.
  De pronto, la puerta volvió a abrirse. Pero aquella vez era Naomi, que entraba sigilosamente como si quisiera que nadie la viera. Lucía unos pantalones largos oscuros y una sudadera también oscura, a juego con unas Convers.
  -¿De dónde vienes?-quiso saber Daniel.
  -Hola Daniel…-se asombró Naomi. Llevaba encima del hombro una enorme bandolera de color azul marino.
  -Contéstame…-dijo muy serio Daniel, cruzándose de brazos.
  -Es que acaso te importa.-eso fue lo último que pronunció Naomi antes de subir las escalera hacia su cuarto.
  No obstante, puesto que Daniel no se iba a dar por vencido, subió tras ella; entró en su habitación.
  -¿Sabes que Sara y Emm están ahora en el hospital por culpa de un capullo?-Daniel se apoyó sobre el marco de la puerta.
  -Ya lo se.-Naomi abrió su armario y saco su pijama.
  -¿Y cómo lo sabes?-Daniel comenzaba a sospechar.
  -Porque he estado en la clínica.-Naomi le lanzó una profunda mirada.-Que pasa, ¿a caso crees qué he sido yo?
  -¿Debería?
  -¡Claro que no!
  -Entonces donde has estado…
  -…-Naomi miró al suelo.-Márchate. Me tengo que cambiar.
  -No me iré hasta que no me digas donde estabas.-Daniel se acercó a ella y la agarró del antebrazo.
  -¿¡Quieres saberlo!?-Naomi lo apartó de ella.-He ido al centro comercial para comprarme el vestido de La fiesta de las estrellas y al marcharme he pasado por la comisaría…-Daniel abrió los ojos como platos.-Si, Danny. He ido para contarles tu secreto…
  Daniel miró al suelo en busca de algún agujero para poder saltar y terminar con todo, pero no tenía escapatoria.
  -Pero no lo hice…-aclaró Naomi.
  Daniel la observó tras haberlo escuchado.
  -Iba a hacerlo, pero no pude…-las lágrimas acudieron a los pardos ojos de Naomi.-Eres mi hermano y yo…-entonces comenzó a sollozar.
  Sobraban las palabras. Daniel se acercó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas.
  -Me da igual lo que hayas hecho…-Naomi respondió el abrazo.-Eres mi hermano y no soportaría la idea de que te separaran de mi lado…
  -Muchas gracias. Creía que te había perdido.-Daniel gimió. Quería mucho a su hermana y no quería que su relación terminara por culpa de un estúpido secreto.
  Tras eso, Daniel salió de la habitación para dejarla que se cambiara.
 
  Daniel cerró la libreta de matemáticas y guardó los lápices en su estuche.
  De pronto, el teléfono de la cocina sonó, irrumpiendo el silencio de su cuarto.
  Naomi abrió la puerta de su dormitorio y bajo las escaleras rápidamente deslizando la mano sobre la varadilla de madera.
  Daniel miró al pasillo solitario y se levantó de la silla; se dirigió al cuarto de su hermana.
  A pesar de todo lo que su hermana le había dicho, no se fiaba del todo.
  Abrió el armario y rebuscó entre sus ropas, en busca de una nota, un mensaje en el móvil,… cualquier pista.
  Examinó en la bolsa que traía pero lo único que encontró fue el vestido color lavanda que se acaba de comprar.
  Más tarde, miró en el ordenador; en las carpetas, en el historial, la Papelera de Reciclaje,… pero nada.
  Daniel escuchó unos pasos que provenían del pasaje. Naomi volvía a su habitación, y si no se daba prisa terminaría pillándolo.
  Se quedó inmóvil, sin saber donde más buscar. Sin embargo, se percató de un cajón que estaba medio abierto.
  Lo terminó de abrir y rebuscó en él; un espejo, papeles sin importancia, fotografías con sus amigas, y… un extraño artilugio de color negro con un difícil mecanismo. Lo agarró y cerró la gaveta.
  -Danny, ¿querías algo?-Naomi se asombró al verlo.
  -No, nada.-colocó las manos sobre la espalda y se introdujo el chisme en el bolsillo del pantalón.-Solo quería saber si tenías una goma de borrar. No encuentro la mía.
  -Si, aquí tienes.-Naomi metió la mano en el estuche y se lo entregó.
  -Gracias.-sonrió. Tras eso, salió del dormitorio de su hermana y se metió en el suyo.
  Comenzó a estudiarlo, toqueteándolo. Hasta que, sin darse cuenta, pulsó un botón. Este emitió un extraño silbido.
  -Pero que cojones…-soltó.
  Entonces, el mecanismo repitió su voz, pero esta vez… sonaba como una voz mucho más grave, distorsionada…
  Y comenzó a recordar cuando alguien le llamó al móvil amenazándole con esa misma voz.
   -No puede ser…-apretó los dientes y se echó en la cama, agotado.
   Ahora todo empezaba ha encajar en su mente. Aquella persona que había estado enviándole mensajes a él y a sus amigos, aquel que había estado amenazándoles era su hermana Naomi.  

No hay comentarios: